Pero, ¿y qué cuando pierdes más que ganas? Cuando por mucho que te entregues no parece ser lo suficientemente bueno. Cuando ves cómo, tarde o más bien temprano, eres fácilmente sustituible. Cuando todo lo que has hecho por una persona no es notado ni por casualidad.
¿Entonces también es el mejor? ¿Por qué vas a conformarte con alguien que no da ni el 20% de lo que podría por ti cuando puede haber otro esperando para entregarte el 130%? ¿Por qué caemos una y otra vez como si estuviéramos imantados o fuéramos gilipollas? ¿Para qué te sirve ahora todo el tiempo perdido, las idas y las vueltas, los "mañana te veo"...?
Que eres un problema menos, sí. Pero cómo me gustaba que fueras tú quien me complicara la vida.
¿Y si mereció la pena? Podría decirse que fue bonito mientras duró. Que tú eras todo lo que quería. O que mentías demasiado bien y yo soy muy ingenua.
Quizás debí haber aprovechado mejor el tiempo -haberte aprovechado más a ti-. Quizás si hubiese dicho más ahora seguirías aquí.
Quizás todo hubiera estado a nuestro favor si uno de nosotros hubiera sido más valiente.