Te das cuenta de que en los momentos perfectos, esos con los que siempre habías soñado, el mundo no desaparece ni deja de importarte.
Es más simple: en esos momentos, todo tu mundo está a tu lado.
Y puedes imaginarlo todas las veces que quieras, incluso soñarlo, pero nunca podrás aproximarte a lo que sentirás cuando ese pequeño mundo, que es todo lo que necesitas, te obligue a escuchar un te quiero que grita en silencio.
S#
No hay comentarios:
Publicar un comentario